domingo, 31 de agosto de 2008

Donostia, día 31 de agosto






Hoy es 31 de Agosto, fecha muy significativa para la ciudad de Donostia – San Sebastián, pues como luego relataré de forma muy sucinta, fue en esta misma fecha pero en el año 1813, cuando esta ciudad empezó a tomar la forma en que hoy la conocemos y de la cual estamos muy orgullosos sus habitantes.

Este pequeño texto, viene fundamentado al ser hoy el día en que la “Sociedad Gastronómica Gaztelupe”, sita en la calle 31 de Agosto, celebra su día grande con una cena oficial para sus socios y amistades y siendo como soy miembro de la misma, con el INRI de utilizar su nombre como el pseudónimo bajo el cual escribo mis escritos, he creído y creo necesario, hacer una mención expresa de la misma en esta fecha tan señalada, pues cada vez que utilizo ese pie de firma, nombre común en euskera, no dejo de intentar con ello transmitir un profundo sentimiento de respeto y aprecio hacia la misma. Quiero ser “persona” y eso ha de implicar tener y expresar sentimientos, algo que quiero en este momento hacer.

Dejando aparte todos mis sentimentalismos lacrimosos, paso a relatar sucintamente los hechos acaecidos en aquel lejano 31 de Agosto de 1813, sin obviar para nada la literalidad de lo acontecido tal y como es narrado en “Wikipedia”, copiando de la misma el párrafo siguiente.

Durante la Guerra de la Independencia, San Sebastián fue ocupada en 1808 por las tropas napoleónicas. Nombrado José I (José Bonaparte) soberano de España, entró el 9 de junio en San Sebastián, recorriendo la calle Narrica, en la que permanecieron todas las ventanas cerradas. En junio de 1813 los aliados, las tropas anglo-portuguesas, bajo el mando directo de Sir Thomas Graham y teniendo por generalísimo al Duque de Wellington, con un fuerte contingente de tropas y armas, sitiaron y dejaron aislada a la ciudad. Después de varios días de intenso bombardeo, en que se logra un mayor ensanchamiento de la brecha (la misma por donde entraron en 1719 las tropas francesas), se inició la operación de asalto formada por una columna de voluntarios, denominados «los desesperados». Asesinados los soldados aliados por los franceses, y cuando una nueva retirada parece lo más acertado, un incendio fortuito y el estallido de un depósito de munición francés crea la confusión en este bando. Suceso que es aprovechado por los asaltantes, obligando a replegarse a las tropas francesas hacia el Castillo, donde capitularán el 8 de septiembre.
El saqueo de los aliados durante la recuperación de la ciudad duró seis días y medio, salvándose del incendio sólo las dos parroquias y treinta y cinco casas, situadas en la calle Trinidad, que por tal motivo en la actualidad lleva el nombre de 31 de Agosto. Estas casas no fueron quemadas porque servían de alojamiento para los oficiales británicos y portugueses, mientras iniciaban el ataque al Castillo.
En fechas inmediatamente posteriores, los habitantes de la ciudad que habían conseguido huir de la batalla y posterior saqueo de los restos de la ciudad, reunidos en una población de las inmediaciones; “Zubieta” decidieron volver a empezar la reconstrucción de la misma, partiendo de los únicos edificios que quedaron en pie, sitos en esta calle origen de este escrito y comenzar la andadura de una nueva ciudad, literalmente surgida de sus cenizas, siendo la ciudad que hoy es parangón, emblema y orgullo de todos los Donostiarras, tanto los nacidos en la misma, o como es mi caso, “asimilado”, pues aprovechando un dicho popular; “Uno no es de donde nace, si no de donde pace”, siento esta tierra como propia por nacimiento. Por supuesto, ser de Gaztelupe es simplemente la mejor guinda para ese pastel que es vivir aquí.

Gaztelupe

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